Síndrome de Bovary: Cuando el romance es una adicción
El personaje de la célebre novela de Flaubert resume una definición de reciente uso. La insatisfacción afectiva crónica y la búsqueda de un amor ideal que no existe.
El personaje de la célebre novela de Flaubert resume una definición de reciente uso: el síndrome de Madame Bovary.
Lo sufren mujeres que, al igual que la heroína de la historia, sufren de insatisfacción afectiva crónica. Se vuelven adictas al romance, y viven en la búsqueda de un amor ideal que no existe. Navegan de frustración en frustración, embarcadas permanentemente en amores imposibles y relaciones inconvenientes.
“En mi círculo de amigos hay una chica divorciada hace ya bastantes años, pero con una vida amorosa cada vez más catastrófica, estresante y llena de dificultades. Se mete en unas historias sin pies ni cabeza, que la dejan hecha polvo.
Cada vez que la veas sabes que va a estar, bien hundida en la miseria más absoluta, bien por las nubes empeñada en amores imposibles, absurdos y peligrosos para su estabilidad emocional”. Resume la editorialista mexicana María del Pilar Sicilia.
“Antes las llamaban “mujeres rápidas”, o “ligeras de cascos”, pero ahora es reconfortante ver qué diferentes suenan las cosas cuando se les da un nombre elegante”, ironiza la periodista.
►Abandono y sobreatención
En estas mujeres, una niñez de abandono u otras experiencias traumáticas, conducen a una necesidad de sobreatención por parte de los hombres.
Hay una ansiedad incontenible por hallar el alma gemela, y cualquier candidato puede transformarse mágicamente en el hombre elegido.
Entonces, “Madame Bovary” cae fácil y rápidamente en una suerte de éxtasis. El sujeto de turno parece reunir características ideales: lo escucha embobada, lo sigue a todas partes, y hasta a veces se mimetiza con sus creencias, costumbres y gustos.
Pero los ideales no existen. Cuando la realidad empieza a mostrar su rostro, ella misma empezará a destruir sus castillos en el aire: la queja y el reproche reemplazarán el deslumbramiento desmedido de los inicios, sobrevendrán las peleas, las infidelidades y la ruptura, muchas veces explosiva.
Entonces será el turno del siguiente. El proceso puede ser veloz, y los candidatos cada vez peores, para espanto de amigos, familiares y vecinos.
►Los hombres “Bovary”
¿Afecta este “síndrome” también a los hombres? Parece evidente que sí.
- Es fácil reconocer a hombres que viven enamorándose perdidamente cada seis meses.
- Cada nuevo amor es vivido con gran intensidad, pero con una inconfundible frivolidad.
- Son incapaces de reconocer que el “conocimiento instantáneo” de otra persona es una ilusión.
- Se niegan a ver problemas evidentes.
- Necesitan la adrenalina de las emociones en forma desenfrenada.
- Y la vuelta a la realidad suele ser devastadora.
¿Cómo es el amor con ell@s?
L@s “Bovary” son pasionales y realmente creen que están viviendo el gran amor de sus vidas. Las experiencias junto a ellos pueden intensas, pero también traumáticas e hirientes.
No sólo es imposible hallar estabilidad de largo plazo, sino que cuando el sueño concluye, no quedará el sabor del amor, esa experiencia única e irrepetible, sino la sensación de haber asistido a un ensayo superficial, a un romance en serie, a un zapping de las relaciones personales tan inmaduro como destructivo.