El papel del magnesio en el envejecimiento y las enfermedades
El magnesio es un mineral esencial para la salud humana. Desafortunadamente, el magnesio también es una de las deficiencias de micronutrientes más comunes. Por qué la deficiencia de magnesio pone en peligro tu salud.
Dr. José Mercola
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Casi el 45% de la población estadounidense no obtiene suficiente magnesio, principalmente porque nuestra dieta no contiene suficientes vegetales de hojas oscuras, en los que abunda el magnesio.
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Los factores del estilo de vida, como la falta de sueño, el estrés y el consumo de alcohol, pueden provocar una disminución de los niveles de magnesio.
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Incluso una ingesta ligeramente baja de magnesio puede tener un impacto negativo en la salud, provocando un envejecimiento acelerado y el desarrollo de enfermedades crónicas.
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El magnesio se ha estudiado por su posible papel en la prevención y el tratamiento de migrañas, presión arterial alta, osteoporosis y más.
El magnesio es un mineral esencial para la salud humana. Desempeña un papel crucial en más de 300 reacciones enzimáticas en su cuerpo. El magnesio es necesario para la función muscular y nerviosa, el control del azúcar en sangre y la síntesis de proteínas. También respalda un sistema inmunológico saludable, mantiene estable el ritmo cardíaco y desempeña un papel en la salud ósea.1 Desafortunadamente , el magnesio también es una de las deficiencias de micronutrientes más comunes.
Por qué la deficiencia de magnesio pone en peligro tu salud
Casi el 45% de la población estadounidense no obtiene suficiente magnesio, principalmente debido al consumo inadecuado de vegetales de hojas oscuras. El magnesio está contenido en la clorofila, lo que da a las plantas su color verde.
La deficiencia de magnesio puede tener consecuencias graves, afectando funciones biológicas esenciales como la reparación, replicación y transcripción del ADN. Si los niveles de magnesio son insuficientes, estos procesos pueden verse obstaculizados, lo que puede dar lugar a la formación de mutaciones que podrían contribuir al desarrollo del cáncer.
Además, investigaciones recientes sugieren un posible vínculo entre los niveles bajos de magnesio y una mayor pérdida de volumen cerebral, lo que puede contribuir a una disminución más rápida de la función cognitiva y la aparición más temprana de la demencia en las personas mayores.
La dosis diaria recomendada de magnesio es de 310 a 420 miligramos (mg) por día, según la edad y el sexo ,2 aunque algunos investigadores creen que necesitamos entre 600 y 900 mg/día para tener una salud óptima. Creo que muchos pueden beneficiarse de una cantidad de 1 a 2 gramos (1000 a 2000 mg) por día.
La cantidad diaria recomendada (CDR) de magnesio representa sólo la cantidad mínima necesaria para prevenir enfermedades graves por deficiencia. Cubrir el requerimiento diario de 300 a 400 mg solo asegura los requerimientos básicos para las funciones del cuerpo y no una salud óptima.
El magnesio es crucial para mantener el equilibrio electrolítico y prevenir la deshidratación. Regula los electrolitos, que son importantes para la transmisión de los impulsos nerviosos, la contracción muscular y el mantenimiento de un ritmo cardíaco saludable. Una deficiencia de magnesio puede alterar este equilibrio, lo que puede provocar deshidratación y complicaciones relacionadas.
La razón principal por la que tanta gente sufre de deficiencia de magnesio es la típica dieta estadounidense estándar, que es baja en micronutrientes como el magnesio. Pero ciertas condiciones de salud y factores del estilo de vida también influyen, ya que aumentan la excreción de magnesio. La diabetes es un ejemplo de ello, al igual que el consumo de alcohol.
Beber alcohol puede acelerar la pérdida de magnesio del cuerpo, incluso si la absorción intestinal sigue siendo normal. Esto sucede porque el alcohol tiene un efecto diurético y estimula la producción de orina. Como resultado, los riñones filtran más magnesio y lo excretan en la orina en lugar de ser retenido y utilizado por el cuerpo.
Este efecto diurético da como resultado una mayor tasa de excreción de magnesio, lo que podría agotar sus reservas de magnesio. La falta de sueño y el estrés también afectan los niveles de magnesio, y el estrés crónico o incluso intermitente puede hacer que los niveles de magnesio disminuyan.
El magnesio promueve la salud del cerebro
Una investigación interesante sugiere que una mayor ingesta de magnesio en la dieta se asocia con una mejor salud cerebral, especialmente en las mujeres. Un estudio de 6.001 personas encontró que una mayor ingesta de magnesio, de aproximadamente 550 mg por día, se asociaba con un mayor volumen de materia gris e hipocampo en el cerebro que la ingesta promedio de aproximadamente 350 mg por día.3
Una mayor ingesta de magnesio puede provocar un mayor volumen cerebral y un envejecimiento cerebral más lento hasta un año, en comparación con las personas con un menor consumo de magnesio. Las investigaciones han relacionado el magnesio con la aparición y progresión de diversos trastornos cerebrales relacionados con la edad. Se ha demostrado que el aumento de los niveles de magnesio en el cerebro reduce el estrés oxidativo y la inflamación al tiempo que mejora la plasticidad prosináptica.
Además, el magnesio también ayuda a contrarrestar otros mecanismos que contribuyen a la neurodegeneración. Por ejemplo, una revisión sistemática y un metanálisis de 21 estudios encontraron que las personas con enfermedad de Alzheimer tienen niveles plasmáticos de magnesio significativamente más bajos en comparación con las personas sin la enfermedad.4 Estos efectos en conjunto sugieren que mantener niveles adecuados de magnesio tiene un papel en el mantenimiento de la salud y cómo Las funciones cerebrales en la vejez podrían influir.
El magnesio también participa en la formación de creatina, una sustancia que se produce naturalmente en las células musculares y en el cerebro. Los atletas suelen utilizar la creatina para mejorar el rendimiento porque el cuerpo la utiliza inmediatamente para convertir el difosfato de adenosina (ADP) en trifosfato de adenosina (ATP), la principal fuente de energía de las células, proporcionando a los músculos la energía necesaria para la contracción. Pero la creatina también contribuye al suministro de energía del cerebro.
La creatina desempeña un papel crucial en la producción de energía al transferir grupos fosfato de la fosfocreatina al ADP, creando ATP, la principal moneda energética del cuerpo. Este proceso se ve facilitado por enzimas que requieren magnesio como cofactor para funcionar eficazmente.
Este mecanismo destaca otra razón importante por la que el magnesio es esencial para la función cerebral porque apoya directamente el metabolismo energético, que es necesario para el rendimiento cognitivo óptimo y la salud cerebral en general.