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Mercedes se rebela contra la invasión de antenas

Una movilización de vecinos detuvo en San Luis la instalación de otro mástil de telefonía • Es el segundo episodio en lo que va del año • Cómo las tecnologías inalámbricas afectan el sueño, la concentración y la vitalidad.

La antena del barrio San Luis es de última generación.

Por Claudio Fabián Guevara

Por segunda vez en pocos meses, una movilización de vecinos detuvo la instalación de un mástil de telefonía clandestino. En barrio San Luis, una veintena de vecinos elevó un petitorio al municipio para que detenga la construcción de una antena erigida en el medio de la manzana comprendida entre las calles 20, 11, 18 y 13. Las autoridades actuaron con celeridad y la obra, que no estaba autorizada, fue clausurada.

Es el segundo episodio de este tipo en lo que va del año. En Julio, la oculista Marcela Escobar advirtió obras para asentar un dispositivo irradiante a 150 metros de su casa, sobre un terreno ubicado en calles 44 y 103. Los barrios afectados por esa obra eran Las Acacias, Pago Chico y Santa María. Escobar promovió, junto a una veintena de vecinos, un petitorio que tuvo una respuesta inmediata de los departamentos de Obras Públicas y Catastro, que actuaron en cuestión de horas para clausurar la construcción.

En ambos casos la clausura fue posible porque la obra aún estaba en etapa de construcción, ya que en casos similares, una vez instalada este tipo de antenas, las empresas suelen ampararse en que la misma ya se encuentra operando y prestando un servicio público, y es muy difícil sacarla.

A sabiendas de la resistencia que provocan, las empresas actúan con la lógica del hecho consumado. Primero instalan el dispositivo mediante una contrata –que suele manejarse de forma muy prepotente, según sucedió en ambos casos- y si logran ponerla en marcha, los vecinos deberán luchar años para quitarla.

Las familias de San Luis, que aún esperan que el dispositivo sea quitado del lugar, dicen: “No estamos en contra del progreso, pero esta antena se puede construir en otra zona”.

Lo que a esta altura podemos cuestionar es la noción de “progreso” en relación con la invasión de antenas.

Una epidemia mundial

Digámoslo abiertamente: las evidencias acerca de que las radiaciones son responsables del fenomenal incremento del estrés, el insomnio, los problemas de concentración y enfermedades aún más graves como el cáncer, son abrumadoras. Solo la ignorancia, la ceguera o la colusión de las autoridades políticas con los intereses de las empresas, pueden explicar que se sigan expandiendo alegremente los mástiles, el wi-fi y otras tecnologías inalámbricas que incrementan la contaminación electromagnética.

Para decirlo en pocas palabras: la exposición a campos electromagnéticos parecen afectar severamente los neurotransmisores, y con ello, los sentimientos de bienestar y empatía, el carácter y la vitalidad en general. Las personas expuestas a ambientes electromagnéticamente cargados se sienten irritables, presentan dificultades para dormir y descansar bien, y experimentan confusión y dificultades para concentrarse. Esos síntomas, que parecen ser una epidemia mundial atribuida sin más “al estrés”, y que se combaten a mansalva con medicamentos, pueden ser simplemente los resultados del salvaje incremento de los campos electromagnéticos en las ciudades modernas, vía no sólo el wi-fi y la telefonía móvil, sino también el cableado eléctrico, las emisiones de radio y televisión y la proliferación de aparatos electrónicos.

Es difícil que la gente tome conciencia del problema porque las radiaciones no se ven, no se sienten ni se huelen. Por lo tanto, nada parece haber el ambiente. Pero sus efectos se registran palpablemente.

Un estudio clave se realizó en Baviera, Alemania. En muestras de orina de 60 participantes se analizaron niveles de adrenalina, noradrenalina, dopamina (la hormona del sueño), y feniletilamina (FEA, hormona asociada con los sentimientos de amor) antes y después de la activación de una nueva estación de telefonía móvil. Después de la activación de la antena, los niveles de las hormonas del estrés aumentaron significativamente, mientras que los niveles de dopamina y FEA se redujeron. Los problemas del sueño, dolores de cabeza, alergias, mareos y problemas de concentración se produjeron con más frecuencia.

Un dato importante es que no parece haber relación lineal entre la presencia de mástiles y radiaciones, y los síntomas. Hay personas que no se ven afectadas, porque no todos los organismos responden por igual. La cercanía física no siempre es sinónimo de síntomas, ya que al parecer, el máximo de la potencia irradiada no se registra en las inmediaciones, sino a 150 metros y según el tipo de antena y su orientación.

Lo que sí parece inobjetable es que los síntomas se notan a nivel colectivo, sobre todo a partir de la proliferación y la alta densidad de los campos electromagnéticos producidos por los distintos sistemas.

Durante la última década no sólo el uso de dispositivos inalámbricos ha aumentado considerablemente, sino también la prescripción de Ritalin, que sirve como paliativo para los problemas que todos vemos en niños y adolescentes: hiperactividad, falta de concentración, desgano, etc. Buena parte de los problemas que vemos a diario en escuelas, con escolares cada vez más imposibilitados de concentrar su atención o realizar tareas simples, pueden deberse simplemente a la alta densidad de radiaciones en el ambiente.

La disyuntiva es: ¿Seguimos incrementando los niveles de radiación, y comenzamos a recetar Ritalin a mansalva, o planificamos para un ambiente electromagnéticamente limpio?

 


Alerta por más antenas

Mercedes en las últimas dos décadas ha visto incrementar alarmantemente los mástiles: a las torres céntricas -25 y 28, 20 y 23, 20 y 25- se suman las antenas emplazadas en las vecindades del campo de deportes de la Liga de Padres, en Gendarmería, en Gowland a la vera de la colectora y en tal vez muchos otros puntos que aún no advertimos en nuestro estudio.

Hay otros puntos en proceso de estudio para instalar antenas. Las empresas trabajan con “dateros” que estudian la ciudad para detectar sitios estratégicos. Luego se ofrecen jugosos contratos de alquiler a los vecinos por sus azoteas, o sus terrenos. Pero cuidado: el municipio advirtió que demandará a los propietarios que accedan al inicio de obras no autorizadas.

Las esquinas de 30 y 21, y de 41 y 44, tienen ante proyectos para la instalación de antenas a corto plazo. Los vecinos de la zona deben estar alertas para analizar si quieren convivir con su presencia.

Para informes, sumarse al grupo o acercar datos útiles escribir a info@vibromancia.comEsta dirección de correo está siendo protegida contra los robots de spam,  o comunicarse al teléfono 2324 15 55 80 40.

 


El wi fi en la picota

El wifi había hecho su entrada por “el arco de triunfo tecnológico”, y todavía en Mercedes se celebra su extensión a barrios como si fuera una gran conquista. Pero hemos llegado tarde a la fiesta. El wi fi usan básicamente el mismo tipo de tecnología que los teléfonos móviles y hornos microondas. Por los resultados de numerosas investigaciones, cada vez más habitantes del “Primer Mundo” deciden abandonar esa comodidad. Algunos datos:

• Alemania va a la vanguardia. El parlamento de Baviera recomendó por ley cambiar la conexión wifi en escuelas, a favor del cable. En la ciudad de Colonia se está cableando toda la ciudad con fibra óptica para descartar todo wifi. El gobierno federal alemán exhorta a restringir el uso de wifi al mínimo posible. Es que dados los ensanches progresivos de las áreas wifi, se vio que primero bares y bibliotecas, luego edificios, campus universitarios, más tarde barrios, ciudades enteras iban camino a quedar wifi. Es decir, áreas enormes con una intensidad permanente de ondas electromagnéticas.

• La bioquímica M.W. Ho, desde Londres ha comentado: “Aumentan las pruebas de que los peligros para la salud asociados a las microondas inalámbricas son al menos comparables, si no peores, que los asociados al tabaquismo. Pero a diferencia del tabaquismo, la exposición pasiva a las microondas será difícil de evitar si el wifi llega a estar en todas partes”.

• En Canadá, en la Universidad de Lakehead, Ontario, su rector ha decidido aplicar el principio de precaución en beneficio de sus alumnos y ha ordenado retirar el wifi garantizando a la vez el acceso a la red mediante fibra óptica. Otros centros de enseñanza, como el de Prebendal, en Inglaterra, decidieron quitar el wifi para “cambiarlo por el cable convencional”.

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