Los Cuatro Acuerdos (III): “No hagas suposiciones”


Necesitamos respuestas para todo, y si no las tenemos, las imaginamos. Esto conduce a muchas disputas y malentendidos. “Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras serán impecables”, aconseja el maestro Miguel Ruiz.

Por Claudio Fabian Guevara

El Tercer Acuerdo consiste en “no hacer suposiciones”. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto: “Juraríamos que es real”.

Entonces se produce una secuencia habitual: “Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan, nos lo tomamos personalmente y después los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras”. En esta pequeña catástrofe de todos los días, “acabamos haciendo un gran drama de nada”, dice Miguel Ruiz.

El maestro tolteca enfatiza un tema recurrente: todos tenemos un “sueño” personal, una serie de ideas y conceptos sobre el mundo que nos rodea, que no se corresponde con la realidad: “Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son. Tenemos la costumbre de soñar sin basarnos en la realidad. Literalmente, inventamos las cosas en nuestra imaginación. Como no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado, y cuando la  verdad aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en absoluto lo que creíamos”.

“La peor suposición que podemos hacer, la más errada, es que todo mundo ve la vida del mismo modo que nosotros”.

►Buscándonos problemas

Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarnos problemas. A menudo, suponemos que nuestra pareja sabe lo que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que queremos. Suponemos que hará lo que queremos porque nos conoce muy bien. Si no hace lo que creemos que debería hacer, nos sentimos realmente heridos y decimos: “Deberías haberlo sabido”.

Otro ejemplo claro: nos casamos y suponemos que nuestra pareja ve el matrimonio de la misma manera que nosotros. Nunca hablamos sobre el tema antes de dar el paso. Después, al vivir juntos, descubrimos que nuestra suposición era equivocada. Y ya estamos en medio de un conflicto…

Hacer suposiciones en las relaciones conduce a muchas disputas, dificultades y malentendidos con las personas que amamos.

Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque por lo general empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Creemos algo, suponemos que tenemos razón y llegamos hasta destruir relaciones por defender nuestra posición.

El funcionamiento de la mente humana es muy interesante. Necesitamos justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que necesitan respuesta, y no importa si la respuesta es correcta o no: por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros. Esta es la razón por la cual hacemos suposiciones.

Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones. Si no nos dicen nada, también las hacemos. Necesitamos satisfacer nuestra necesidad de saber. Pero no tenemos el valor de preguntar.

“Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras serán impecables. Tu manera de comunicarte cambiará completamente”

►”No hagas suposiciones”

La peor suposición que podemos hacer, la más errada, es que todo mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Esta es la razón por la cual nos da miedo ser nosotros mismos ante los demás: creemos que nos juzgarán, nos convertirán en sus víctimas o nos maltratarán como nosotros hacemos.

También crea muchos conflictos hacer suposiciones sobre nosotros mismos. Por ejemplo, te subestimas o te sobreestimas porque no te has dado el tiempo necesario para hacerte preguntas y contestártelas. Tal vez necesitas dejar de mentirte a ti mismo sobre lo que realmente quieres.

La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden bien claras. Asimismo, encuentra tu voz para preguntar lo que quieres. Comunícate con claridad, libre de veneno emocional. Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras serán impecables. Tu manera de comunicarte cambiará completamente y tus relaciones ya no sufrirán más a causa de conflictos creados por suposiciones equivocadas.


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Los Cuatro Acuerdos: Bases de filosofía tolteca

¿Cómo regular nuestras relaciones con los demás en esta época convulsionada y conflictiva? Los Cuatro Acuerdos plantean una higiene de la palabra y el pensamiento que echan raíces en la antigua sabiduría de los indios toltecas.


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