LA IMPORTANCIA DE LA VISITA (II) :: Teatroterapia en la cárcel


Una conductora de radio fue a visitar a dos internos de la Unidad 5. Del encuentro salió una amistad, y una charla que desgrana las emociones en juego ante los visitantes, y el impacto terapéutico de la práctica del teatro entre la población penitenciaria.

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Matilde, Adriana y Marcelo: “La visita nos mantiene vivos”, dicen los internos.

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Por Claudio Fabián Guevara

Un artículo de Vibromancia despertó la inquietud de una conductora de radio, que espontáneamente fue a visitar a dos internos de la Unidad 5. Del encuentro salió una cálida amistad, y una charla que desgrana la realidad interna del penal, las emociones en juego ante los visitantes y el impacto terapéutico de la práctica del teatro entre la población penitenciaria.

Marcelo Zárate escribió sobre “La importancia de la visita”, un artículo que tuvo eco en una comunidad que añora los tiempos en que le dedicábamos más tiempo a amigos y familiares.

Matilde Torres, conductora del programa radial “Sonido de campana”, se sintió tocada y se presentó en la Unidad Penitenciaria 5 a visitar a dos internos: Marcelo Díaz y Adriana Rodríguez, conocidos en Mercedes por su participación destacada en las obras de teatro que protagonizan internos del penal. El encuentro, franqueado por el jefe de la Unidad Rafael Barbella, “fue una gran emoción, muy intenso, inesperado”, confiesa Matilde.

“Nos dimos un abrazo como si nos conociéramos de años”, dice Matilde. “Y pensar que la gente me decía que estaba loca de querer venir…”

Marcelo Díaz y Adriana Rodríguez son pareja, y se sinceran: “La visita nos mantiene vivos”.

Teatroterapia en la cárcel

La visita es el vínculo con el exterior que mantiene la motivación y las ganas de vivir en la población carcelaria. Adriana cuenta que los internos, a veces, con el paso de los años, dejan de recibir visitas. “Los reincidentes, sobre todo, terminan por ya no recibir a nadie. Pero mientras la mamá vive, la visita es constante”, admite.

En esa necesidad de vínculos con el exterior, Marcelo y Adriana se acercaron al grupo de teatro de la cárcel. “Aprendimos a amar el teatro aquí, de la mano de Yuyo Montaldo. Es un amor que te invade. 5 años de teatro en la cárcel es todo un hijo penitenciario”, dice Adriana.

Ambos sienten admiración por Yuyo. Marcelo lo describe: “Sabe indicar lo que hay que hacer. Y tiene gracia y carisma”.

Marcelo y Adriana están al frente del grupo de teatro de la Unidad 5, que conforman 12 personas. El 15 de octubre, después de algunas cancelaciones por problemas de espacio en el teatro, estrenarán una nueva obra. La pareja habla entusiasmada del proyecto, ante Matilde que los mira emocionada.

“Representar la obra es la visita al revés: somos nosotros los que salimos a visitar a la comunidad”, asegura Marcelo. Y Adriana deja caer un dato importante: “De los 11 que pasaron por el grupo de teatro, ninguno volvió a reincidir. El teatro es una verdadera terapia”.

Y sin duda, la visita también.


El teatro con fines terapéuticos

El teatro y la expresión corporal presenta las ventajas y beneficios, no ya como medio de desarrollo y expresión sino como “un excelente fin terapéutico”, asegura Andrés Sampayo Agudo, Maestro de Pedagogía Terapéutica.

“Es evidente que con el Teatro conseguimos manifestar sentimientos, emociones o simplemente, nos divertimos, también inconscientemente trabajamos una serie de aspectos fundamentales para todo desarrollo humano, tales como la comunicación, la cooperación, capacidad de esfuerzo, integración etc”.

Para quienes presentan grandes dificultades en todo lo relacionado con la manifestación de emociones, la expresión corporal es uno de los recursos de los que dispone la actividad teatral, para potenciar nuestras capacidades, demostrando habilidades expresivas.

“Así que es fácil comprobar el carácter multidisciplinar del teatro como terapia, y en su caso, el carácter  rehabilitador, pero es aquí donde nos surge la pregunta, ¿es efectivamente rehabilitador?, pues a ciencia cierta podemos afirmar que aunque no constituye algo exclusivo e indispensable para servir de “ cura” milagrosa, sí que se trata de un excelente apoyo para al menos paliar o disminuir ciertas carencias, déficit o dificultades”, agrega Sampayo. “Mi experiencia me dice con el desarrollo de la actividad teatral se alcanzan importantes logros; las personas tienen mayor confianza en si mismas, justamente porque pueden desenvolverse con soltura; son responsables ante ellos mismos y los demás, ya que sin querer adquieren conductas de cooperación y compañerismo, se expresan mejor puesto que consiguen evadirse de una dura y fría realidad para darle la vuelta a todo y ser ellos mismos; en definitiva, les ayuda a crecer y sentirse personas auténticas”.


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