Conexiones :: Factor clave de la salud


Lo revelan decenas de estudios en todo el mundo. La soledad es más perjudicial para la salud que el cigarrillo.

¿Es usted popular entre su gente, recibe invitaciones a eventos sociales, siente el amor de su pareja e hijos, tiene dos o tres amigos del corazón con quienes usualmente se reúne para conversar? Si la respuesta es sí, su chance de vivir largos años se acrecienta.

Las relaciones personales –amigos, pareja, parientes – no solo tienen valor per se, sino que también tienen un positivo impacto en la salud. Lo revelan decenas de estudios en todo el mundo. Estar socialmente aislado dobla las chances de contraer una enfermedad, o enfrentar la muerte. La soledad es, incluso, más perjudicial para la salud que el cigarrillo.

Cuenta conmigo

Daniel Goleman, en su best seller Inteligencia emocional, cita muchos ejemplos sobre la necesidad de conexiones que tienen hombres y mujeres. Para los hombres, por ejemplo, el aislamiento es más duro y riesgoso, porque “las relaciones femeninas tienden a ser más emocionalmente más intensas que para los hombres”. Por eso unas pocas pueden ser suficientemente confortables para una mujer, pero insuficientes para un hombre.

Pero no es lo mismo la soledad que el aislamiento. Muchas personas que viven solas o tienen pocos amigos están contentas y sanas. Más bien, es el sentimiento subjetivo de no contar con nadie lo que acrecienta los riesgos médicos. Este descubrimiento es preocupante a la luz del incremento del aislamiento nutrido por la TV, y la caída de hábitos sociales como los clubes de barrio y las visitas en casa. Explica además el auge de los grupos de autoayuda y de muchas iglesias que sirven como factor de socialización.

Previniendo el estrés

El aislamiento como un factor de riesgo de mortalidad –y el poder sanador de los vínculos cercanos- se puede ver en un estudio sobre 100 pacientes que sufrieron trasplantes de médula. Entre aquellos que contaban con un apoyo emocional fuerte de pareja, familiares o amigos, un 54 por ciento sobrevivieron más de dos años, versus un 20 por ciento entre aquellos que no lo tenían.

Una red de relaciones previene además los efectos negativos del estrés y las experiencias traumáticas. Teniendo gente alrededor a la que dirigirse y hablar, que pueda ofrecer solaz, ayuda, sugerencias o simplemente prestar oídos, nos protege contra los rigores de la vida.

La calidad de nuestras relaciones es otro factor importante. Las discusiones de pareja, por ejemplo, afectan el sistema inmunológico y los cónyuges se enferman más fácilmente. Las relaciones más importantes, aquellas personas que vemos día a día, son cruciales para nuestra salud. Las estadísticas dicen que si usted se encuentra a disgusto con sus compañeros de cuarto, con sus vecinos o con sus colegas en el trabajo, es más probable que acuda al doctor más frecuentemente, que contraiga gripes y resfríos, o enfermedades aún peores.

El valor de la charla
Somos puntos de una red: cuantas más conexiones tenemos, más fuertes y protegidos estamos.

Tener gente alrededor, además, nos permite desahogarnos contando las cosas que nos pasan y nos preocupan. También compartir las alegrías que nos hacen felices. Muchos experimentos confirman el valor sanador que tiene que la gente hable de sí misma. Esto es evidente en los tratamientos de psicoterapia,  pero mucho más en el alivio efectivo que nos produce hablar con amigos o familiares que nos conocen profundamente.

Por ejemplo: hace unos diez años, un grupo de ex compañeros de primaria nos volvimos a encontrar por circunstancias de la vida. Comenzamos a reunirnos para cenar cada 15 días. La amistad grupal volvió a ser tan íntima como cuando vestíamos delantales blancos en la Escuela Víctor Mercante. Al tiempo, alguien bautizó al encuentro: “La Mesa de Autoayuda”. Un buen nombre, porque sirve para divertirnos, mejorar nuestras vidas, manejar crisis personales y conocernos mejor nosotros mismos. Además, para estar mucho tiempo sin necesidad de visitar al psicólogo. Y eso que algunos somos, por temporadas, candidatos al chaleco de fuerza.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *