Campos magnéticos patógenos y sanadores


El ingeniero Antonio Gómez Yepes trabaja con terapias metabólicas desde hace décadas. Dice que la contaminación electromagnética puede disminuir la eficacia del sistema inmune. La calidad del sueño es una señal clave.

Antonio Gómez Yepes es un ingeniero mexicano, director de la clínica Terapias Metabólicas con sede en Xalapa, Veracruz. Ha desarrollado el EIMA, un equipo que por medio de un campo electromagnético de baja frecuencia, trata con éxito decenas de enfermedades autoinmunes. El EIMA regenera la resistencia eléctrica y permeabilidad de las células enfermas, y restablece las capacidades autocurativas del cuerpo.

Gómez Yepes lleva muchos años estudiando el uso de frecuencias y campos magnéticos aplicados a la salud. Por ese motivo, afirma que “no se puede atacar a los campos electromagnéticos sin más, porque hay campos patógenos, pero también hay campos que son una maravillosa herramienta terapéutica. Ciertas frecuencias, y bajo cierta potencia y cierta cantidad de tiempo, son sanadoras”.

Antonio manifiesta una visión sistémica y holística de la salud, y explica las dificultades de llegar a conclusiones definitivas sobre la influencia de la contaminación electromagnética. Pero tampoco podemos ignorar las “señales”.

–         ¿Ud. cree que la densidad de campos magnéticos artificiales de la vida moderna está afectando la salud de las personas?

–         Sí, es un riesgo muy grande que está ahí, y además, ahora tenemos cierta evidencia. No cabe duda que el campo producido por un horno de microondas es muy dañino para la salud. Asimismo se tiene ya muy vista la influencia negativa de los cables de alta tensión. También las radiaciones de los tubos de rayos catódicos de las TV antiguas. Los teléfonos celulares producen sin duda un campo nocivo para la salud. Hay muchísimas situaciones y artefactos que hemos creado sin consideración alguna para lo que es saludable.

La contaminación electromagnética tiene una influencia que puede disminuir la eficacia del sistema inmune. Aumenta la posibilidad de algunas enfermedades. Pero cuidado, porque así como hay campos electromagnéticos patógenos, también hay campos que son una maravillosa herramienta terapéutica. Ciertas frecuencias, bajo cierta potencia y cierta cantidad de tiempo, son sanadoras.

Como una forma de guía práctica, yo diría que un campo electromagnético patógeno tiene como primera señal disminuir el sueño. En cambio, un campo electromagnético terapéutico tiene como primera señal mejorar el sueño.

No se puede decir que los campos electromagnéticos son malos en sí, porque sin ellos no habría vida. Todos los procesos, incluyendo los que consideramos fenómenos químicos, son de naturaleza electromagnética. Y todos tienen sus efectos, pero determinar si son buenos o malos es más difícil. Hay quien dijo que los imanes son buenos para la salud, entonces a alguien se le ocurrió poner imanes en los colchones, y ya se terminó con lo bueno, porque te estás exponiendo a un campo que no sabemos de qué tamaño es por un periodo muy prolongado.

–         Es difícil de creer en algo que no se ve, ni se siente… Pero hoy sabemos que hay personas afectadas por los campos patógenos, que son denominadas electrosensibles. ¿Por qué algunas personas pueden ser electrosensibles y otras no?

–         Es muy difícil de contestar. El estrés puede ser uno de los factores. Pero pueden ser muchos otros.

Atribuir todo lo que somos a la genética es un error. Estamos siempre en cambio y es difícil saber como algunos nos adaptamos a las circunstancias y otros no. La presencia de campos magnéticos patógenos pueden ser una influencia negativa, pero no se puede generalizar, que es un error gravísimo.

–         ¿Esta realidad se puede medir de alguna manera?

–         Los campos electromagnéticos se pueden medir, pero es difícil medir la influencia que tienen sobre la salud de las personas, cómo las van deteriorando. La línea de tiempo es uno de tantos factores. Hay que pensar que conforme pasan los días nos vamos haciendo más viejos, y la salud de las personas no depende solo de los campos en el ambiente. También nos podemos enfermar porque comemos algo que nos hace daño, o porque nos contagiamos de otra persona. Hay tantas variables para tomar en cuenta que es difícil llegar a conclusiones definitivas.

Pero sí hay que ser razonables y aceptar las señales. El teléfono celular puesto en la oreja es verdaderamente nefasto, y hemos visto fotografías del campo que produce.  Sabemos que no se requiere de un campo muy grande para tener influencia sobre el comportamiento de nuestras células, que trabajan con un gradiente de voltaje y con potencial, que de deteriorarse ya no funcionan adecuadamente.

Sin embargo, ¿Por qué pueden seguirse vendiendo teléfonos celulares? Porque son un gran negocio, y en nuestra sociedad generar dinero es la primera consideración. Ahí están los cigarrillos y el alcohol, que son negativos para la salud y sin embargo están a la venta…

–         ¿Qué debemos hacer si sospechamos que las radiaciones nos afectan?

–         Primero tenemos que estar seguros que un campo patógeno es lo que nos está afectando. Hay que visualizar si hay alguno de los riesgos grandes: la cercanía de un trasformador, líneas de alta tensión o estación transformadora, si estamos bajo la influencia del wi fi y del horno microondas, torres de telefonía, etc.

Pero no hay que cerrarse en un análisis lineal ni unidimensional del asunto. La salud se ve influenciada por muchos otros factores. El canderel es un veneno brutal que viene en los refrescos dietéticos. Entonces hay tantos productos en el mercado de la sociedad industrial que muchas veces no sabemos si una persona se enferma porque está afectada por campos electromagnéticos patógenos, o porque toma mucho refresco dietético.

–         En Mercedes, la gente se ha movilizado dos veces para impedir a instalación de antenas de celulares…

–         Sobre los mástiles de telefonía, yo no tengo un estudio concluyente y completo sobre sus efectos en la salud, pero si tú me preguntas si quiero vivir cerca de uno, digo que no, porque lo poco que sé es suficiente para decir no. Los que estén interesados en poner la antena debieran estar más interesados en averiguar cómo evitar el daño que pueden causar.


Estrategias para protegerse

–         Cuidado con la cercanía de estaciones transformadoras, las torres de alta tensión, el wi-fi, y los hornos microondas en funcionamiento. Reemplazar las viejas pantallas por plasma. Usar el celular con altavoz o manos libres.


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