Antenas de móviles: el vecino indeseable


Los reportes oficiales aseguran que las antenas de móviles no representan ningún peligro contra la salud. Sin embargo, numerosos estudios demuestran lo contrario. Comunidades en todo el mundo se movilizan contra la presencia de mástiles de telefonía. La situación en Mercedes.

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La comunidad de Kingswinford, pequeño pueblo en el Reino Unido, rebelada contra el mástil que sirve a tres operadoras.

Una década después de los primeros reportes oficiales que aseguraron que las radiaciones de las antenas de móviles no representaban ningún peligro contra la salud, un fenómeno de percepción colectiva moviliza comunidades en todo el mundo contra la presencia de mástiles de telefonía en el vecindario.

El conflicto es casi el mismo en todo el mundo. Un ejemplo al azar: en Kingswinford, pequeño pueblo de West Midlands en el Reino Unido, en el año 2008 se contabilizaban 14 casos de cáncer mortal entre los vecinos que vivían en un radio de una milla de un mástil que sirve a cuatro operadoras de telefonía móvil. La antena es citada como la de “mas alta radiación” del país.  Otros 20 casos de cáncer se contabilizan en el área, si bien no mortales.

El blog de la Asociación de Afectados de Navarra por Campos Electromagnéticos (http://asanacem.blogspot.com) recoge mucha información. Uno de los últimos títulos hace referencia a una publicación de La Voz de Galicia que narra la alarma vecinal en Campo Lameiro por la alta tasa de tumores. “Veinte casos de cáncer, con ocho muertes, una de ellas la de un chaval de apenas 19 años, son una altísima tasa de tumores cuando se está hablando de un núcleo de población que no sobrepasa los cuarenta vecinos”, dice el diario gallego. En este municipio de poco más de 2.000 habitantes, se erige un mástil de telefonía en pleno centro. Las cifras de cáncer de unos años a esta parte han disparado la psicosis general entre las 32 vecinos de A Lagoa de Bailadoiro, el área donde está instalada la antena.

El archivo de la asociación alberga decenas de partes de prensa donde comunidades de diferentes partes del mundo denuncian brotes de enfermedades atribuidas a la presencia de antenas. El siguiente cuadro ilustra la recopilación del último año:

2011/04/26

Diario de Sevilla

Dos Hermanas, Esp

Aumentan los casos de Leucemia

2011/04/15

La Voz de Galicia

Campo Lameiro, Esp

20 casos de cáncer

2011/03/02

Noticias de Navarra

Viana, Esp

9 casos de cáncer de mama

2010/11/15

El Día.es

El Sobradillo/Tenerife)

Varios afectados

2010/10/07

Elperiodicotucuman.com

Tucuman, Argentina

90 casos de cáncer

2010/07/16

El Dia.es

El Sobradillo (Tenf)

30 casos de cáncer

2010/06/18

Gente Digital

Barajas, Esp

46 muertos por cáncer

2010/05/07

El Dia.es

Los Realejos, Esp

10 casos de cáncer

2010/04/12

Norte de Castilla

Villabrágima, Esp

20 casos de cáncer

2010/04/08

La Voz de Galicia

Narón, Esp

Varios casos de cáncer

2010/03/03

Ideal.es

Pechina, Esp

20 casos de cánc

Este cuadro sólo resume casos de prensa del último año donde se ha dado el caso de comunidades movilizadas. Obviamente, muchos casos no están recopilados, y en muchos otros, comunidades enteras pueden estar sufriendo en silencio sin advertir la tendencia.

Un movimiento mundial

Los argumentos de los vecinos se repiten casi sin variantes: una gran cantidad de enfermos de cáncer y otras dolencias se acumulan en las estadísticas del lugar donde operan las antenas. Pero las organizaciones de ciudadanos pelean contra un entramado de intereses. Los organismos de contralor -frecuentemente vinculados con las empresas- responden que “no hay evidencia científica” acerca de la influencia dañina de esta tecnología en la salud de las personas.

Sin embargo, abunda documentación que sostiene la postura contraria: The Bioiniciative Report, la Declaración  de Freiburgo, el estudio Wolf & Wolf, etc (ver más apéndice abajo)

La regulación actual, según el especialista alemán Ulrich Warnke, “no protege a nadie” (Warnke, 2007). El presidente del Ayuntamiento de Campo Lameiro admite haber hecho gestiones para trasladar la antena, pero fue “imposible” debido a que las empresas le demostraron que las radiaciones están dentro de los parámetros legales. Para The Bioiniciative Report los existentes estándares públicos de seguridad deben ser miles de veces más bajos.

Contra la voluntad de las autoridades políticas, sospechadas de estar coludidas con los intereses de las compañías operadoras, se produce un movimiento mundial que apunta a la retirada de las antenas de móviles de las zonas más densamente pobladas. El Ayuntamiento de San Sebastián en España es uno de los que más recientemente ha procedido a la retirada de las antenas de telefonía móvil del casco, enfrentando una batalla legal por la decisión. Las puebladas y movilizaciones comunitarias se suceden en distintas partes, misteriosamente sincronizadas pese a ser un tema casi ausente en los grandes medios.

La situación en Mercedes

Mercedes, nuestro campo de estudio, es una ciudad particularmente irradiada. Una publicación del portal Noticias Mercedinas en el año 2010 alertó de la inquietud vecinal por la instalación de una antena de la empresa Claro en un terreno del Club Quilmes, alrededores del barrio Bello Horizonte. La misma publicación refiere que Telecom Personal instaló en enero de 2001 una antena sobre el techo del Centro Cívico Municipal, en calle 25 entre 28 y 30. La firma Anders SA instaló una antena con una torre de 6 metros desde el tanque de agua de un edificio en la esquina de 25 y 20. Ambos mástiles están en pleno centro de la ciudad.

A este panorama hay que agregar el complejo de antenas de Telefónica de Argentina, también en pleno centro (calle 25 y esquina 20), los dispositivos de telecomunicaciones de la Municipalidad y organismos oficiales (Policía, Unidad 5, Poder Judicial, Gendarmería), y alrededor de 20 estaciones de radio en frecuencia modulada explotadas por privados.

 


Antenas como fuentes de cáncer y otras dolencias

Existen hasta el momento dos estudios científicos que relacionan las antenas de telefonía con un incremento del cáncer en su zona de influencia. Ambos se han publicado en revistas científicas durante el año 2004.

El primero de ellos es un estudio Israelí (Wolf y Wolf, 2004) que indica un incremento de la incidencia de cáncer en un área con un radio de 350 metros de una antena de telefonía. Una comparativa de las personas que vivieron en el interior del área mencionada durante más de 3 años revela que hubo 4,15 veces más casos de cáncer en su interior que para la población no expuesta.

El segundo informe proviene de una investigación realizada en Alemania (Eger et al., 2004) que encuentra que el riesgo de contraer un cáncer se multiplica por 3,29 en el área interior de un radio de 400 metros de una antena de telefonía. La edad de los pacientes con tumores fue 8,5 años menor para el conjunto de tumores y 20 años menor para las personas diagnosticadas con cáncer de pecho en dicha área que en el resto del territorio.

Otras enfermedades

Otro estudio –la Declaración de Friburgo, que suscribieron en 2002 una asociación de médicos alemanes- relaciona las antenas de móviles y la irradiación de microondas (wi-fi) con el incremento de dificultades de aprendizaje y concentración, presión arterial, cansancio crónico e insomnio, además de leucemia y tumores cerebrales.

The Bioiniciative Report (http://www.bioinitiative.org) reúne estudios de múltiples fuentes con evidencias en el mismo sentido. Ha sido redactado por 14 científicos, expertos en salud pública y políticas públicas para documentar las evidencias científicas de los campos electromagnéticos. Entre sus conclusiones afirma que “hay pocas dudas sobre que la exposición a los ELF (extremely low frequencies) causa leucemia infantil”. La población que ha utilizado teléfono móvil durante 10 años o más tiene altas probabilidades de un tumor cerebral maligno y neuromas acústicos. Se relaciona a los campos magnéticos con el cáncer de mama, Alzheimer, cambios en el sistema nervioso y estrés.

 


Fuentes:



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